miércoles, 30 de julio de 2008

Resumen de lanchas en la bahia

…A Eugenio lo acababan de ir a dejar mar a dentro, frente al malecón, a los faluchos cargados, donde debía cuidar y vigilarlos toda la noche, ese era su trabajo. Durante la noche trataba de no dormirse ya que si esto ocurría podía ser fondeado por los piratas o despedido del empleo. La primera noche la paso sin problemas, siguiendo las indicaciones. Poco a poco Eugenio se acostumbro al trabajo, tanto que se atrevía a dormir. …Un día, ya había amanecido y la lancha ya había ido a buscar a Eugenio al falucho para llevarlo a tierra ya que su jornada de trabajo había terminado, Eugenio se había quedado dormido, y el jefe lo había sorprendido. Al llegar a tierra, Eugenio se encamino hacia la casa de Miguel pensando que lo único que quería era dormir y dormir... esta era una habitación muy pobre con solo una cama de dos plazas. Al llegar allí durmió toda la mañana hasta las 6, de ahí comió algo y salio a recorrer, llego hasta el muelle y siguió caminando por las calles como si nada pasara, camino bastante hasta que llego a ver de nuevo el mar, y como despertándolo de un sueño apareció su jefe entregándole un sobre y diciéndole que la compañía había decidido despedirlo. …..Al conocer a Alejandro que era capataz de la Casa W. y cia, este le ofreció trabajo a Eugenio pero con la condición que debía hacerse socio del sindicato de trabajadores industriales del mundo, ya que todos los que pertenecían a su cuadrilla de trabajadores debían ser socios de este sindicato. Al día siguiente junto a Alejandro embarcaron en el remolcador de la W. y cia, ya era un obrero más del mar. A bordo el capataz le presento a otro camarada de trabajo, este era el Rucio del norte, este lo ayudo respecto al trabajo, cuando fue necesario le enseño como debía hacerlo tratándolo amablemente y llamándolo "compañerito" debido a su corta edad. …...Un sábado, el Rucio le hizo una proposición a Eugenio, se juntaron en la noche, muy bien presentados ambos, afeitados, limpios y de trajes. Se encaminaron a comer primero, luego se echaron a caminar por las calles del puerto, donde andaba mucha gente pero que pronto era absorbida por las cantinas. Caminaron sin rumbo, hasta llegar a la Plaza Echaurren algunos hombres y mujeres vagaban por ahí. Eugenio tenía mucha curiosidad de lo que pasaría o a donde irían, a veces tuvo ganas de despedirse e irse pero su deseo no fue tan grande. Atravesaron una calle en la cual al acercarse aun mas notaron grupos de mujeres y hombre. Mujeres que se paseaban con sus tacones como si quisieran llamar la atención. Siguieron caminando hasta llegar a una calle, era La Subida Clave, aquí estaba la feria de la prostitucion porteña, era la feria pobre. Comenzaron a ascender por allí, y una mujer se le acerco a Eugenio y lo invito a entrar a su casa, Eugenio asustado la rechazo, mientras esta le insistía el Rucio le dijo ¡Eugenio vamos!…Abandonaron la subida clave y siguieron caminando. Allí donde llegaron había también mujeres y hombres al interior de las casas. Entraron en una casa humilde, en ese momento como cinco mueres corrieron a abrazar y a besar al Rucio, este fue a saludar a una vieja que estaba allí sentada, esta era doña josefina, madre de las mujeres de allí, y luego para seguir disfrutando del trago, del baile y de las mujeres. Eugenio por otro lado estaba tranquilo y se le acerco una de las mujeres, esta era Yolanda, con la cual estuvo toda la noche, sabia que esta mujer era una prostituta pero el no las diferenciaba de las otras mujeres. Ya era tarde, Eugenio fue a dejar a su casa al Rucio y este luego volvió a la casa. Desde ese momento, visito con frecuencia a Yolanda, por la cual se sintió atraído y más tarde enamorado. Eugenio pensaba en lo que podía hacer ella cuando el no estaba en la casa, con quien podía estar, y eso lo inquietaba. …..El Rucio se había convertido en el confidente y amigo de Eugenio, y este en una ocasión le contó que quería sacar a Yolanda de esa casa y llevársela con el. Una tarde en que Eugenio entro en la habitación de Yolanda se encontró que esta estaba con otro hombre, y que más encima este le traía regalos. Estaban conversando, Yolanda invito a Eugenio a sentarse junto a ella, pero este no quiso. Se quedo escuchando un rato la conversación y se fue enfurecido. Llego donde el Rucio y le contó lo sucedido, este lo miro extrañado, ya no era el jovencito que conoció una mañana a bordo del remolcador, lo veía mas grande, y lo abrazo. Eugenio le pidió que lo acompañara a la noche a la casa, quería arreglar este asunto. Al llegar habían tres hombres bailando al centro, entre esos estaba aquel hombre que había pillado con su mujer, el vaporino, entonces Eugenio le dijo que había algo que debían resolver los dos. Empezó la pelea, se golpearon, Eugenio dejo sangrando al vaporino, Yolanda gritaba, dos policías llegaron por los gritos de esta mujer y Eugenio fue detenido. Paso 60 días en la cárcel, en los cuales Yolanda fue dos veces a verlo y no dejaba de llorar, el Rucio y Alejandro también lo iban a ver llevándole ropa limpia, café, y azúcar. Al salir de la cárcel, se dirigió a la casa donde vivía Alejandro, y apareció una viejita, Doña Josefina, la cual le paso la llave de la casa, entro, miro, todo estaba igual a antes de irse, se lavo, se cambio de ropa y salio, se dirigió al muelle, pregunto por sus camaradas y le informaron que trabajaban para "El Imperial", pero llegaron en seguida, Eugenio les pregunto por Yolanda, y el Rucio le dijo que se había ido de aquella casa pero que no sabia para donde, entonces en ese momento, Eugenio se dio cuenta que realmente no estaba enamorado de ella y que no la quería. .. Le contaron también que se iban en el imperial a freír monos al guayaquil, y que al día siguiente zarpaban, así que lo invitaron a que se viniera con ellos, este acepto. Fueron a comer y a la salida el Rucio se despidió ya que estaba cansado y con sueño. Se reencontrarían al día siguiente. Eugenio y Alejandro tenían sueño también, y la cabeza pesada les caía sobre el pecho.